Rescatando algunos recuerdos de Pontevedra (II de III)

La semana pasada os contaba como es Pontevedra, como vive la gente y que pequeños rincones se esconden entre sus empedradas calles y sus pintorescas plazas. Quiero hablaros hoy de una zona imprescindible de la ciudad que concentra toda la vida y es núcleo del latir de Pontevedra y por tanto un lugar que no debéis perderos bajo ningún concepto: La Plaza de la Herrería y la Iglesia de la Peregrina.

Ambas están una al lado de la otra, separadas por unos escasos metros y ubicadas en el centro de la ciudad, marcando el que se puede considerar el límite entre el casco histórico y la zona nueva de Pontevedra. Aún sin buscarlo, lo más probable es que al llegar a Pontevedra, tarde o temprano acabes llegando aquí, ya que basta con dejarse llevar por el fluir de la gente en las calles para acabar alcanzando uno u otro lugar. De hecho, una de las calles principales de esta zona, la calle Michelena, es una avenida peatonal que comunica la iglesia de la Peregrina con el Ayuntamiento y por donde transcurren al día cientos de peatones, bien de compras o simplemente paseando.

Iglesia de la Virgen Peregrina y el rabachol

Iglesia de la Virgen Peregrina y el rabachol

Plaza de la Peregrina

Plaza de la Peregrina

La Iglesia de la Peregrina es uno de los símbolos de la ciudad, ya que sus dos torres son visibles y muy reconocibles desde muchos puntos de la ciudad. Además, la iglesia recibe este nombre por estar dedicada a la Virgen Peregrina, patrona de los caminantes que realizan el Camino de Santiago por la vía portuguesa, cubriendo por tanto el tramo que va desde Bayona hasta Santiago y que lleva a los peregrinos a pasar por Pontevedra y ser ésta uno de los puntos habituales donde pasar la noche.

Por su relevancia es considerado un monumento histórico-artístico y una de sus peculiaridades es la planta de la iglesia, en forma de vieira, aunque en su parte trasera acaba adquiriendo un estilo más tradicional en forma de cruz. La forma de vieira no deja de ser un signo más del culto religioso asociado al Camino de Santiago, en representación de la tradicional concha de vieira que adorna las mochilas y bastones de los caminantes e icono tan reconocible del Camino.

El otro elemento característico de la ciudad se encuentra justo enfrente a la puerta principal de la iglesia. Una pequeña estatua representa al Ravachol, el loro más famoso del mundo. La mascota del farmacéutico Perfecto Feijoo, a principios del siglo XX, se hizo popular por su carácter y carisma y sus peculiares frases aprendidas en las que llamaba la atención a todo aquel que entraba en la botica de su amo. Frases como Sal de ahí lambón cuando no le daban un caramelo o avisos y reprimendas a los clientes mostraban su carácter con el que se acabo ganando el cariño de la gente. Tanto fue así que su entierro fue todo un evento en el que grandes autoridades lo despidieron y a día de hoy, cada año, el entierro del carnaval de Pontevedra se le dedica a él, como recordatorio de ese aprecio.

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Iglesia de San Francisco

Iglesia de San Francisco

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Justo al lado de la iglesia, y separados por una linea de edificios, se encuentra la Plaza de la Herrería. La actividad que tiene la Plaza la erige como el lugar común de los pontevedreses por excelencia. En función del momento del día y de la semana, el panorama que presenta la plaza varía mucho. Durante la semana, por las mañanas la plaza se ve despejada y el movimiento que se aprecia es de tránsito, de gente yendo y viniendo en su camino a sus puestos de trabajo, repartiendo mercancía a los comercios que se sitúan bajo los soportales de los edificios que rodean la plaza y las calles anexas, o los que disfrutan de su primer café de la mañana en las cafeterías y terrazas de los bares de la plaza.

A mediodía las comidas, bien en los restaurantes, taperías y bocaterías, bien a golpe de tupper en alguno de los bancos marcan el aspecto de rutina y cotidianidad de la Herrería. Las tardes y noches cambian radicalmente el aspecto de la plaza. Ésta se ve invadida por múltiples grupos de pandillas reuniéndose para tomar algo después de trabajar y familias con sus hijos jugando bajo los soportales, en los jardines al pié de la Iglesia de Santo Domingo o subiéndose a las letras que recuerdan que Pontevedra es «Boa Vila» (buena villa). Las mañanas de los fines de semana llenan los bancos de la plaza de gente mayor que se reúne en los bancos para disfrutar del sol y charlar tranquilamente.

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Plaza de la Herrería

Iglesia de San Francisco

Iglesia de San Francisco

Iglesia de San Francisco

Iglesia de San Francisco

Iglesia de la Virgen Peregrina

Iglesia de la Virgen Peregrina

La semana que viene acabaré este pequeño tour por Pontevedra hablando un poco del Lérez y de la parte de la ciudad en torno a él. Buena semana!

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Fotos: Flickr

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