
Ribadavia, el corazón medieval de Ourense
A la lista de pequeños «pueblos con encanto» de Galicia que llevo hasta el momento, Melón, Vilanova dos Infantes o Allariz, era imprescindible añadir un lugar como Ribadavia. A pocos kilómetros de Ourense, Ribadavia domina el valle donde se unen los ríos Miño y Avia, como parte de la Comarca del Ribeiro. En la parte alta, se encuentran los restos del Castillo dos Condes que marca la linea que separa el centro histórico de Ribadavia de los barrios nuevos hacia donde se va expandiendo.
El casco antiguo recuerda a otros pueblos con igual origen medieval y, comenzando a descender a partir del Castillo por las calles que lo rodean, calles estrechas y empedradas comunican pequeñas plazas con soportales de piedra. La Plaza Mayor es el punto de reunión donde bares con sus terrazas y la Casa Consistorial concentran toda la actividad, estando limitado el acceso en coche para tranquilidad de todos. Desde aquí y hasta llegar al río, más y mas calles estrechas, así como escaleras empinadas e incluso pequeños túneles van realizando el descenso hasta acabar en el paseo que transcurre paralelo al Río Avia.
El Castillo dos Condes, o los restos que todavía se conservan de él, son el recuerdo de la importancia histórica de Ribadavia cuando todavía era considerado un Condado. También en el centro histórico se conserva el denominado barrio judío, ya que una comunidad hebrea vio oportunidad de negocios en la villa a raíz de la calidad vitivinícola de la zona. Son herencia de esta epoca la sinagoga e incluso la popular Festa da Istoria ya que recrea la época medieval desde un punto de vista de tradición judía.
Desde la parte baja, desde la orilla del río, se puede contemplar el puente que permite la entrada al pueblo por una de las posibles vías de acceso. También otro puente, esta vez el del ferrocarril, lo cruza no muy lejos, pasando por encima del sendero de tierra por el que los vecinos pasean en bicicleta o simplemente salen a estirar las piernas.
Al otro lado del río se sitúan casas y fincas, así como un impresionante paisaje que en otoño se cubre de múltiples colores que van desde el verde al ocre. En el transcurso del propio río un viejo molino todavía aguanta casi integro a pesar de estar abandonado desde hace años.
De vuelta a la zona alta, en torno al castillo, y muy cerca, se encuentra el conjunto cultural que engloba la iglesia y el convento de Sto. Domingo completando la aportación histórica de Ribadavia. Ya solo resta terminar la ruta visitando las termas de Prexigueiro, a pocos kilómetros del centro, para recuperar las fuerzas.
Fotos: Flickr
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