Andalucía sur – Día 7: Sevilla, Expo abandonada y final en Triana

Finalmente llegó el momento. Después de días de reconocimiento por sus alrededores, rodeándola una y otra vez, viéndola de lejos sin llegar a poner un pie en ella y reservándola como el último dulce más apetitoso, llegaba el momento de conocer en profundidad Sevilla.

Lo dejamos todo en mano de Iván que una vez más se encargó de ahorrarnos desvíos inútiles o visitas decepcionantes, llevándonos directamente a los rincones de interés. En esta primera incursión decidimos comenzar por el barrio de La Macarena para luego ir hasta La Cartuja, donde hace ya 20 años, tuvo lugar la Expo’92 para finalizar acercándonos al centro de la ciudad cruzando el barrio de Triana.

Llegamos desde Utrera en tren a la Estación de Santa Justa y desde allí paseamos hasta llegar al barrio de La Macarena. Hace cientos de años una muralla rodeaba el casco antiguo de la ciudad y una de las partes que todavía se conservan en perfecto estado es el tramo del barrio de La Macarena, junto a la puerta de entrada del mismo nombre, muy cerca de la basílica donde se aloja la Virgen.

Continuando en dirección al Puente de la Barqueta, la torre de los Perdigones se alza como único recuerdo de la antigua fábrica de fundición que allí se encontraba. Era necesario cruzar el Guadalquivir para llegar a la Cartuja por el principal acceso al recinto donde se ubicó hace más de 20 años la Expo’92.

Se construyeron más de 150 pabellones, cada uno de ellos dedicado a un país, organismo, empresa o comunidad autónoma. Muchos de ellos eran efímeros, con lo que después de los 6 meses que duró la Expo, serían desmontados, aunque muchos otros pasarían a formar parte del parque tecnológico Cartuja 93 que prometía reaprovechar los edificios para otras finalidades. Y así con muchos de ellos, utilizados por empresas privadas, o la propia Universidad de Sevilla, pero otros muchos fueron demolidos o permanecen en un estado lamentable y de abandono, al igual que muchas de sus calles, como bien se describe en este artículo.

La visita bien merece la pena por lo impresionante de algunos de los edificios que aún permanecen en pie, como el dedicado a la antigua CEE y desde luego, vale la pena contemplar la restauración que hicieron del Monasterio de Santa María de las Cuevas aprovechando la coyuntura. Tampoco tiene desperdicio ver que todavía permanece accesible, más de 20 años después, la web de la Expo 92 y por supuesto no hay que olvidarse de su mascota: Curro.

El trayecto a través de La Cartuja nos dejó en el inicio del Barrio de Triana, uno de los más emblemáticos y conocidos de Sevilla. Probablemente lo más popular del barrio es el puente de ISabel II, o simplemente puente de Triana, que tiene ya más de 150 años. En torno al puente, las dos riberas del Rio Guadalquivir se extienden con terrazas a un lado y extensos paseos al otro. En esta zona del río se concentran un gran número de actividades deportivas, donde piragüas y canoas se cruzan con barcas de pedales y barcos turísticos que recorren el río mostrando la ciudad y los monumentos que se pueden ver desde allí.

Volvimos al centro de Sevilla una vez cruzado el puente de Triana para ir finalizando el día, a medida que se hacía de noche. La Torre del Oro, muy cerca de allí, era el escenario de más ensayos para la lejana aún Semana Santa, al igual que los grupos que ya nos habíamos encontrado en Málaga. Sonidos de trompetas y bombos de fondo mientras nos íbamos alejando, caminando hacia el centro, donde buscar una terraza donde cenar, tomar una cerveza, y quitarnos todo el calor y cansancio acumulados. Mañana más.

Todavía tienes más fotos de la Expo y Triana en este álbum.