Ourivesaria en Gondomar: el arte de la filigrana portuguesa
Remontando el rio Douro e introduciéndonos un poco más hacia el interior de Portugal, dejando unos cuantos kilómetros atrás la ciudad de Oporto, llegamos a Gondomar. Desconocida y discreta, a la sombra de su más popular vecina, Gondomar esconde uno de los tesoros (nunca mejor dicho) de la cultura portuguesa, el origen del arte de la orfebrería lusa conocida como filigrana.
Desentrañando el trabajo artesanal de los talleres de ourivesaría de Gondomar
Las puertas del taller u oficina de António Cardoso se abrían para enseñarnos cada uno de los pasos que permitían transformar unas diminutas piezas de metal precioso en un esplendoroso y cada vez más popular coraçao de Viana.
Este taller, uno de los que más trabajadores tiene de todos los que funcionan en Gondomar, consigue saltar a la escena internacional de la joyería elaborada a mano gracias a uno de sus trabajos que, sorprendentemente, llena portadas de periódicos y revistas.
La imagen de la actriz Sharon Stone paseando toda ella orgullosa y luciendo en su cuello un corazón de Viana por las calles de Los Ángeles, da la vuelta al mundo. De la noche a la mañana, el taller de António comienza a recibir oleadas de pedidos y la filigrana y el coraçao de Viana se ponen de moda.
El arte de la filigrana
Pero el verdadero origen de todo es el arte de la filigrana y para ello el propio António nos enseña su taller y nos va desgranando cada paso que siguen en la elaboración de sus piezas.
La filigrana es el nombre que recibe el arte del trabajo de los metales como el oro y la plata con una serie de técnicas muy concretas.
Desde que, primero los fenicios y luego los romanos, se pasearan en sus barcos por las costas lusas y comenzaran a encontrar los yacimientos de oro ocultos bajo las tierras portuguesas hasta el día de hoy, la búsqueda del aprovechamiento de los metales preciosos ha sido la finalidad de este arte.
Debido a su escasez y alto valor, la optimización de éstos a la hora de utilizarlos en joyería y ornamentación llevó a una especialización por parte de los artesanos para utilizar el menor material posible sin que se perdiera esplendor.
Tanto se depuró la técnica a lo largo de los siglos, que se alcanzaron cotas de elaboración rozando una perfección que permitía crear hilos de centenares de metros con un solo gramo de oro. Gondomar es el epicentro de este arte del trabajo fino, elegante y manual del oro y la plata. Tanto es así que, a día de hoy, el 60% de la producción portuguesa de filigrana sale de los talleres familiares gondomarenses.
El símbolo del coraçao de Viana
Como veíamos antes, el corazón dorado es la más popular de todas las figuras elaboradas. No solo es parte del símbolo de la ciudad de Gondomar, reflejado en su blasón, sino que también es un símbolo que trasciende a otras localidades con el mismo símbolo, como Viana do Castelo.
Es ya una imagen muy arraigada también al norte de Portugal (y a los minhotos, vinculados al río Miño y a la antigua provincia portuguesa de igual nombre) e incluso llegando más allá, sintiéndose casi todo Portugal representado por él.
Por ello, los talleres gondomarenses, con normalmente no mas de 4 o 5 empleados, no solo elaboran pieza a pieza todo tipo de pendientes, colgantes, pulseras y otros elementos. La pieza estrella, sigue siendo como no, el «coraçao de Viana».
¿Y cual es entonces el proceso de elaboración?
El proceso de elaboración es prácticamente manual, sin que ninguna máquina de producción en cadena o similar intervenga en ningún momento. Por lo tanto, si eres de los que, como yo, pensaba que todas esas joyas que se ven por ahí salían de alguna máquina en una gran nave, ambos estábamos equivocados…
Gracias a la visita guiada al taller se puede ver todo el proceso completo. Así, todo empieza con unas bolitas de plata que se acabarán transformando en un coraçao plateado perfectamente definido, con todo tipo de detalles.
Para ello, el primer paso es convertir la bolita de plata en un fino hilo. Todo comienza con una gruesa y tosca barrita gruesa, que a base de decenas (si no cientos) de pasadas por un torno se va alargando y haciendo cada vez más fino. Tal es la capacidad de estiramiento y maleabilidad del metal, que esa barra acaba siendo un hilo de metal de no muy distinto grosor comparable al de cualquier tejido.
Pero esto no es todo. A continuación el hilo es torneado sobre si mismo, extrusionandolo para darle una mayor solidez. Y esto se hace de la manera más simple y efectiva posible: haciendo rodar el hilo entre dos piezas de madera y siendo necesarias dos personas para ello.
¿A que pensabas que ahora si habría una máquina para ello? Pues no.
Con el material básico listo para comenzar a elaborar la pieza, llega el momento de que el actor principal haga su papel. O más bien actriz, ya que esta es una labor que normalmente realizan las manos expertas de mujeres, bien en el propio taller, bien en su casa.
Las conocidas como «enchedeiras» rellenan, en este caso el interior de un corazón perfilado en plata, a base de pedazos del hilo. Van así componiendo con paciencia y una agilidad sorprendente todo tipo de formas en el interior de éste, dotándolo de una personalidad única. Y única es ya que no hay dos corazones (u otras figuras) iguales.
La labor manual aporta una autenticidad que el patrón repetitivo y medido de una máquina no puede proporcionar. Es la belleza de la imperfección, esa inalcanzable precisión de una máquina, por muy buen trabajo que el artesano realice, es también el símbolo de la originalidad y exclusividad de cada pieza.
Cuando el coraçao está relleno de esos cientos de filamentos sosteniéndose entre ellos solo por la presión que la milimétrica inserción de la artesana garantiza, llega el momento de unirlos todos.
Para ello se espolvorea sobre ella polvo de soldadura y el calor del soplete hace el resto. El fuego une y robustece la pieza después de un intenso baño de calor. A continuación, los pequeños pero precisos golpes de una pequeña maza de madera dan relieve al coraçao apoyado sobre una cuña como molde.
Ya solo falta perfilarla, retocarla y pulirla para que brille y estará listo para ser lucido.
Información de interés
- A través de la oficina interactiva de turismo de Gondomar es posible reservar (recomendable hacerlo con al menos dos días de antelación) visitas a alguno de los talleres.
- Las visitas duran entre 30 minutos y una hora y, dependiendo del taller, el número mínimo de visitantes va de 2 a 25 por grupo.
- Todos los talleres disponen de venta al público de sus productos, con un precio sensiblemente inferior al habitual gracias a la venta directa sin intermediarios. Un detallito puede salirte por solo unos 8€ aunque si quieres gastarte unos cientos, también tienen bastante donde escoger…
- Toda la información respecto a Gondomar y las visitas a los talleres la tienes en la web oficial. Puedes solicitar directamente las visitas en este formulario.
Como llegar:
La oficina de turismo está a orillas del Douro y es el punto donde te pueden orientar perfectamente para realizar la visita. Esta es su ubicación:
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